«The Beaker phenomenon and the genomic transformation of northwest Europe» (Nature. doi:10.1038/nature25738) es un reciente artículo publicado en Nature por el equipo de Ron Pinhasi de la Universidad de Viena y en el que figuran como coautores, entre otros, los profesores de la Universidad de Murcia Joaquín Lomba y María Haber, que también es vicepresidenta de Mupantquat.
El estudio de ADN antiguo revela que tanto la transmisión cultural como la migración humana tuvieron un papel importante en la difusión del fenómeno campaniforme en Europa, aunque con distinto peso según la región. Para llegar a esta conclusión se han analizado los restos de 400 esqueletos prehistóricos de numerosos yacimientos europeos (11 de la península ibérica), de los que 226 fueron enterrados junto a objetos campaniformes.
Según los resultados, la expansión del fenómeno campaniforme desde Iberia –donde se ha obtenido el registro más antiguo de este estilo cerámico– hasta el centro de Europa se debió a intercambios culturales y no por un movimiento migratorio de población. Iñigo Olalde, genetista de la Harvard Medical School en Boston (EE UU), primer autor del artículo, señala que el ADN de los esqueletos de las tumbas campaniformes ibéricas no tenía una relación de proximidad con los del centro del continente”.